Desde SENES, este mes queremos hablar de la Salud.

Nos preocupamos por seguir la línea establecida por la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, en particular, su objetivo 3 que pretende «Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades».

Cuando se cumplen años, es frecuente que por limitaciones de salud se den situaciones de cuidado que asumen los familiares más cercanos. Es un momento de cambio que requiere una nueva adaptación a nivel familiar, laboral, económico, en tiempo disponible y en la salud. Este cuidado suele ser en femenino.

Que supone cuidar…

La salud emocional y física de la persona que cuida, es vital para conseguir bienestar propio y que la calidad del cuidado sea adecuada.

Sin embargo, suele ser un momento de estrés que, mantenido, puede producir gran malestar y sobrecarga en el cuidado. Las personas que cuidan, se vean afectadas tanto física como emocionalmente y muchas veces se niegan a aceptar que los síntomas que presentan pueden obedecer al hecho del cuidado.

Pero por mucho que se quiera esconder, es una realidad. Estudios del IMSERSO nos muestran que un 84% de los cuidadores experimentan algún problema físico y siete de cada diez padecen dolores de cabeza y cansancio. Más de la mitad de los cuidadores presentan trastornos del sueño y problemas osteomusculares y una reducción o abandono del ejercicio físico que realizaban.  (Crespo López & López Martínez, 2006).

Este descuido y ocultación de la persona que cuida provoca lo que la imagen transmite: la persona está a medias, por lo que da de sí misma y por lo que esconde.

Es justo hablar de la cara amable del cuidado, también se siente satisfacción por ayudar. Se siente que realmente disfrutas estando con esa persona, ayuda a incrementar la autoestima, da un mayor sentido a la vida y sientes que los momentos placenteros se comparten.  Las personas que cuidan, son más capaces de disfrutar del placer de las pequeñas cosas del acontecer cotidiano y profundizan en sus convicciones religiosas más profundas. Hay un sentimiento de reciprocidad, es decir, se alegran de poder devolver lo recibido. De alguna manera sienten que han crecido como personas.

Cómo puedo mejorarlo…

Queremos darte ideas para que la balanza se incline a lo positivo y se equilibre lo femenino y masculino.

  • Reconoce y asume tus límites, es sano quitarse la capa de «super» y pedir ayuda.
  • Entiende que el cuidado no es una cosa de la hija, hermana soltera, nuera… Implicarse en el cuidado puede ser algo positivo, practica la corresponsabilidad.
  • Busca una actividad de autocuidado adaptada a ti y tu situación. Invierte un tiempo para algo placentero para ti que además puede estar relacionado con salud: paseo (ejercicio), comer en un parque al aire libre tu comida favorita (salud, alimentación), o simplemente dedica una tarde a ir a peluquería (autoestima, vida social).
  • Entrenar estrategias de control del estrés. Aun así, hay momentos en que no podemos hacer estas cosas y debemos afrontar situaciones complicadas. En estos casos, las técnicas de relajación (relajación guiada, mindfulness…), son muy beneficiosas.

Desde Senes…

Conocemos la necesidad de ofrecer una intervención específica donde poder dar a apoyo a cuidadores y cuidadoras principales. Por ello, hemos creado un grupo terapéutico online, donde se trabaja el aprendizaje de estrategias de manejo de situaciones de conflicto en el cuidado, la relación familiar desde el enfoque sistémico, el desarrollo de habilidades de autocuidado y la corresponsabilidad.

Recuerda ocuparte y cuidar de ti. Tú también eres importante.