En este mes en SENES en la campaña #sinEdadismo365, continuamos con ejemplos de buenas prácticas contra el edadismo, en este caso en el ámbito del envejecimiento activo.
¿Conoces algún servicio público y gratuito que motive a la acción de las personas mayores y facilite un envejecimiento activo y saludable?
Sí, los Centros Municipales de Mayores.
Esos recursos, son un gran ejemplo de una buena práctica y en este caso, contamos con la opinión de la Junta Directiva del Centro Municipal de Mayores de Guindalera para darnos su visión de la experiencia vivida.
Veamos sus respuestas:
Si no se organizaran actividades desde aquí, las personas mayores no acudirían, no irían al teatro, no saldrían de excursión, no harían actividades, no aprenderían informática… ¿por qué vienen aquí? porque se lo estamos facilitando.
Es gratuito, no tiene coste, ya que está subvencionado por la administración, que invierte en los centros de mayores y contrata monitores y material para el desarrollo de las actividades. Además, también hay un gran número de voluntarios, que de manera altruista, se comprometen hora y media o tres horas a la semana para venir, prepararse la clase, darla y mantener a estas personas ocupadas. Si no, estas personas se quedarían en casa, solas, sin hacer nada, y una de las primeras preocupaciones cuando nos jubilamos es: – ¿qué voy a hacer mañana? ¿y pasado?-pero cuando vienen aquí, ven que hoy ha habido un desayuno, luego suben a su clase…
¿Por qué es importante envejecer de manera activa?
Yo me siento útil y no quiero ser una carga para mis hijos, quiero valerme por mí mismo todo el tiempo que pueda. Al día siguiente de jubilarme, vine a preguntar qué había. Quería hacer gimnasia y otras cosas, tener al menos ocupada la mañana.
Además, aquí la relación con la gente es muy importante. Yo vivo sola y con una clase conoces a unas personas, con otra clase, conoces a otras, gracias a eso te sientes muy acompañada. Doy una clase de informática y, aparte de lo que vienes a aprender, también está el rato que te ves con otras personas, charlas y demás. Llevo talleres desde hace 10 años, en ellos hay personas que llevan muchos años. Ya nos conocemos y quieren seguir viniendo y también se incorporan personas nuevas cada curso.
¿Los CMM son un recurso adecuado para promover el envejecimiento activo?
Sí, la gente hace senderismo, marcha nórdica… acuden personas que están entre los 65 y los 85 años y se apuntan y asisten, por ello, hay una variedad tremenda.
El ser humano es sociable y se socializa en los CMM. Se encontrarán con personas afines, con gustos e inquietudes semejantes y mismos problemas. Por eso es bueno venir, porque además de aprender, las personas se relacionan con los demás.
Y el que da la clase se siente útil porque está enseñando, a los voluntarios también nos ayuda seguir recordando las cosas, preparándonos la clase, seguir aprendiendo, tener la mente activa y no conformarte con ver la TV.
¿Crees que este CMM y su manera de organizarse puede ayudar a eliminar actitudes edadistas? ¿Qué valor crees que aportan los CMM en el envejecimiento activo y la reducción del edadismo?
Por supuesto, cada vez que se organiza una excursión o un viaje se piensa en las personas que no pueden ir andando grandes distancias y se organiza más corta, más accesible.
Si voy a apuntarme a un viaje a una agencia allí piensan en el grupo, no en mí y yo no puedo hacer una gran marcha o tal excursión. Aquí al organizarla, sí se piensa en eso.
Los técnicos, al planificar las actividades, también piensan en esto, en lo adecuado para las condiciones para las personas que vienen. Las personas cada vez tienen más ganas de hacer cosas, escuchas a las personas decir «Esta es mi segunda casa«.
Éste es nuestro objetivo, que las personas sientan que esta es su segunda casa, que vengan con ilusión.
También otras personas se sienten agradecidas porque ven que tienen ayuda, por ejemplo, con algún trámite o consulta. En los CMM podemos socializar, no sentirnos solos, conseguir ayuda para hacer trámites, etc.
El problema es que hay algunas personas que no saben de la existencia de estos centros, que hay gente que sabe que existen, pero piensan que no se quieren juntar con tantas personas mayores (…a ver si se me va a pegar la «mayoritis»…).
Creen que es un cementerio de elefantes o que se viene «a jugar a las cartas». Prefieren quedarse metidos en casa o solos, sin hablar, por no venir a un sitio de estos.
Aquí el que quiere venir, hace lo que le apetece. Yo desde el primer momento he recibido más de lo que doy, porque me sirve para mantenerme activa con las clases, se lo recomiendo a todo el mundo.
Se transmite una imagen de estos centros como que es “la casa de los viejos”, esto es una barrera psicológica. Somos mayores, no viejos. Estamos en disposición de aprender, dar y recibir.
Por ejemplo, la atención telefónica para todo no siempre funciona y aquí puedes encontrar ayuda para solucionar eso. Se entiende que hacer gestiones es difícil pero que además te bloqueas con la situación, te preguntas: ¿Por dónde sigo?