Este jueves 1 de octubre, se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad o personas mayores. Es una fecha que la Asamblea General de las Naciones Unidas, lleva celebrando desde el año 1990. Este año, destaca el papel del personal sanitario en la lucha contra la pandemia del COVID-19. Pero, ¿cuál es el papel de las personas mayores en esta lucha?
Cuando se piensa en la pandemia y en sus estragos en la población, es difícil alejar de nuestra memoria esas imágenes de personas mayores en residencias, siendo principalmente receptores de cuidados. Esta imagen puede confundirnos y hacernos creer que el papel de las personas mayores en esta pandemia fue la de víctimas. Sin embargo, las personas mayores han jugado distintos papeles. Efectivamente, al ser el grupo de población más vulnerable ante este virus, han recibido la atención del personal médico, pero también ellos lo han ofrecido, como es el caso de tantos y tantas enfermeras, médicos y personal de hospitales, que, incluso estando jubilados, se han ofrecido a trabajar para luchar y cuidar a los enfermos. También están los profesionales de los medios de comunicación, de sectores alimentarios, farmacéuticos y artistas por nombrar algunos. En todos estos sectores ha habido personas mayores trabajando activamente durante esta pandemia, aunque algunos rostros fuesen más o menos visibles. El papel de las organizaciones que luchan por y para las personas mayores, como es el caso de SENES, también cuenta en sus filas con un gran número de personas mayores, que en momentos de pandemia no aflojaron el paso y se adaptaron con paso acelerado a el uso de medios telemáticos para seguir estando allí en un momento donde tanto hicieron falta.
Una vez más, no desdibujemos su papel en la sociedad. Al contrario. Sin miedo, aceptemos su capacidad y su experiencia, capitalizándola, para provecho de todas las generaciones. Permitamos que quien desee continuar participando en la sociedad pueda hacerlo de la mejor manera y que quien haya preferido disfrutar del merecido descanso o cuidarse y cuidar de los de su entorno, no por esto, pierda su voz y aún más, si ese descanso no viene de la voluntad sino forzado por la enfermedad. Si queremos diseñar políticas para mayores, no podemos hacerlo correctamente si no lo hacemos con y a través de ellos. No olvidemos quienes son, de donde vienen y lo que han vivido, ya no solo porque sea de justicia, sino porque en un pestañear nosotros desearemos también que se recuerde quienes somos, de donde vinimos y lo que hemos vivido.
Grupo de trabajo por la Promoción del Buen Trato a las Personas Mayores del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid