El 24 de julio se celebra el Día Internacional del Autocuidado, fecha que pone en valor la importancia de prestar atención a nuestra salud física, emocional y mental a lo largo de toda la vida. En el marco de esta conmemoración, desde Proyecto SENES queremos visibilizar los beneficios del autocuidado en verano y ofrecer herramientas prácticas y accesibles para fomentarlo, especialmente durante el verano, una época que puede presentar ciertos retos —pero también muchas oportunidades— para el bienestar personal.
El autocuidado es clave para una vida saludable y activa. Con la llegada del verano, aumentan los desafíos para mantener el equilibrio físico, emocional y social, pero también crecen las posibilidades de reconectar con uno/a mismo/a. Este mes, te invitamos a reflexionar sobre el autocuidado en verano desde una perspectiva integral y libre de edadismo.
El autocuidado se considera la capacidad de una persona para atender sus propias necesidades físicas, emocionales y mentales. Se podría definir como la consideración hacia uno/a mismo/a, es decir, la capacidad de estar atentos a lo que sucede en el entorno y en nuestro interior: pensamientos, emociones, sensaciones. Es también la habilidad de aceptarse, respetarse y protegerse.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el autocuidado es una estrategia eficaz para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, especialmente en personas mayores o con factores de riesgo. Pero su valor es universal: cuidarse es una herramienta poderosa para vivir con más bienestar, autonomía y calidad de vida.
… existen diferentes tipos de autocuidado?
Conocer los distintos tipos de autocuidado es fundamental para abordarlos de forma integral y no dejar de lado ningún aspecto esencial del bienestar. A continuación, se presentan las principales áreas del autocuidado, junto con recomendaciones prácticas para cada una. Se presta especial atención al autocuidado en verano, ya que el calor y los cambios de rutina pueden influir, tanto en la salud física, como en el estado de ánimo.
Autocuidado físico: proteger el cuerpo y mantener rutinas saludables
Nuestro cuerpo necesita moverse, descansar, mantenerse hidratado, relajarse y alimentarse adecuadamente. Tal como lo explica la OMS, el ejercicio físico tiene múltiples beneficios. El autocuidado físico también incluye saber escuchar al cuerpo y pedir ayuda médica cuando algo no va bien. ¿Cuántas veces evitamos ir al médico cuando sentimos dolor porque “ya pasará” o porque no hay tiempo? Si no cuidamos nuestro cuerpo, nadie más lo hará por nosotros/as.
Recomendaciones:
- Mantenerse bien hidratado (aunque no se tenga sed).
- Evitar la exposición prolongada al sol y protegerse con ropa ligera, sombrero y protector solar.
- Establecer horarios regulares de comidas y descanso.
- Realizar ejercicio moderado (paseos, movilidad articular, actividades acuáticas…).
- Acudir a revisiones médicas y no posponer síntomas físicos.
El Ministerio de Sanidad ofrece recomendaciones claras sobre salud en verano.
Autocuidado emocional: atender lo que sentimos
Este tipo de autocuidado está relacionado con el manejo de nuestras emociones. Para cuidarlas, necesitamos reconocerlas sin juzgar, reflexionar sobre lo que sentimos y aprender a expresarlo de forma constructiva.
Recomendaciones:
- Reconocer y validar las emociones.
- Compartir sentimientos con personas de confianza.
- Evitar el aislamiento emocional, incluso si se vive solo/a.
- Buscar momentos de calma y actividades gratificantes.
El bienestar emocional no disminuye con la edad, evoluciona. La Comunidad de Madrid recoge recursos y actuaciones para promover la salud emocional de las personas mayores, como vídeos y materiales de apoyo. Destacamos un vídeo dedicado al bienestar emocional. En nuestra mediateca disponemos de recursos audiovisuales dedicados al autocuidado emocional que pueden ser de gran interés.
Autocuidado intelectual: mantener la mente activa
La mente también necesita estímulos para mantenerse ágil. Cultivar el pensamiento, la curiosidad o el aprendizaje ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y aporta satisfacción personal.
Recomendaciones:
- Leer, escribir, resolver pasatiempos o aprender algo nuevo.
- Participar en actividades culturales, talleres o cursos online gratuitos.
- Conversar sobre temas diversos, compartir opiniones y recuerdos.
Muchas entidades públicas ofrecen formación adaptada a personas mayores, incluso a distancia. Las actividades de los Centros Municipales de Mayores pueden ser una buena opción, así como otros espacios gestionados por la Comunidad de Madrid. Es importante recordar los beneficios del envejecimiento activo.
Autocuidado espiritual: cultivar la paz interior
El autocuidado espiritual no se refiere necesariamente a la religión, sino a aquellas actividades que nos conectan con el sentido de la vida y nuestros valores.
Recomendaciones:
- Dedicar tiempo a la reflexión personal, la gratitud o la meditación.
- Conectar con las propias creencias, valores o propósito vital.
- Realizar actividades que den sentido: cuidar un huerto, escribir, ayudar a otras personas o, simplemente, respirar con calma.
La OMS reconoce el bienestar espiritual como parte fundamental de la salud integral.
Autocuidado social: mantenerse conectado
Somos seres sociales. Aunque el grado de sociabilidad varía, las relaciones sanas y significativas son un factor protector frente a la soledad, la depresión y el deterioro cognitivo. La conexión social tiene un impacto directo sobre la salud mental y la longevidad.
Recomendaciones:
- Mantener contacto con amistades, familiares y personas afines.
- Participar en espacios comunitarios, voluntariados o asociaciones.
- Reflexionar sobre relaciones que drenan energía y establecer límites saludables.
La Cruz Roja Española promueve programas de acompañamiento y socialización, especialmente útiles en verano. Los grupos dinamizados por Proyecto SENES también son un punto de encuentro que facilita la socialización dentro de un contexto seguro.
… cuidar puede afectar al autocuidado?
Quienes han dedicado gran parte de su vida a cuidar a otras personas (familiares, hijos, amistades) a menudo descuidan sus propias necesidades. Pero el autocuidado no es egoísmo, sino responsabilidad. Cuidarse permite seguir participando activamente en la vida desde un lugar de mayor bienestar.
En ocasiones, desde el entorno más cercano se tiende a sobreproteger a las personas mayores, lo que puede generar dependencia y pérdida de autonomía. Acompañar sin invadir y respetar los ritmos individuales también es una forma de autocuidado relacional.
Algunas recomendaciones:
- Escuchar sin imponer.
- Fomentar decisiones compartidas.
- Respetar las preferencias y ritmos propios.
- Evitar infantilizar a la persona mayor.
Una actitud empática y respetuosa promueve la autoestima y fortalece la salud emocional.
… el autocuidado no tiene edad?
La sociedad a menudo transmite mensajes edadistas que limitan las posibilidades de las personas mayores: “ya no puedes”, “es normal sentirse mal a tu edad”, “eso no es para ti”, etc. Practicar el autocuidado es también una forma de resistencia: una manera de afirmar “sí puedo, sí merezco, sí quiero”.
Cuidarse no es un lujo ni una moda. Es una necesidad vital que debe ser accesible, reconocida y valorada en todas las etapas de la vida.
EN RESUMEN: Autocuidado en verano
El verano puede ser una etapa de descanso, de disfrute y de reconexión con uno/a mismo/a. Practicar el autocuidado en verano permite vivir esta temporada —y cualquier otra— desde el bienestar y la autonomía. No importa la edad: cuidarte es también quererte.
Este 24 de julio, únete a la celebración del Día Internacional del Autocuidado recordando que cada gesto que mejora tu salud, tu estado de ánimo o tu calidad de vida… también es un acto de dignidad.
RECUERDA…
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